Raúl Simón Rodríguez llegó a Estudiantes en 1966, procedente de San Antonio de Litín, para incorporarse a ese gran equipo campeón que dirigía Llamil Simes. De a poco el lugar de donde era oriundo se convirtió en su sobrenombre y el apodo de “Litín” reemplazó su nombre de pila. La leyenda cuenta que su pueblo se llamó primero Litín porque así es como se conocía a un supuesto cacique de la zona que habitó en épocas de la conquista, quizás Raúl Simón no sólo adoptó el nombre sino también la garra del bravo indio esencia particular de su juego y su personalidad.
Empezó jugando en la línea ofensiva, de 11, y en esa posición fue su debut oficial en Estudiantes, el 28 de mayo de 1967, en la victoria de visitante 3 a 2 a Independiente Dolores, en la que marcó un gol. Esa temporada obtuvo su primer título oficial y también se desempeñó como mediocampista y defensor central compartiendo la zaga con Isidoro Celucci.
Ya iniciada la década del 70 se acomodó definitivamente como zaguero central y en esa posición se convirtió en uno de los símbolos de la historia de Estudiantes. En equipos donde sobresalía el juego y el toque, Litín, sin ser un virtuoso, se adaptaba sin problemas a las necesidades del equipo y le aportaba su cuota de entrega y sacrificio, atributos que la hinchada celeste le reconocía con su aplauso.
Integró duplas defensivas con Celucci, Omar González, pero indudablemente la más recordada sea la que formó con Eduardo Servín Rodríguez, muralla impasable para los Estudiantes de 1974 a 1977. Antonio Rattín se lo llevó a jugar a Primera División en 1977, temporada en la que defendió en AFA los colores de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Retornó a Estudiantes en 1978 y luego prosiguió su carrera en Roncedo de Gigena, Jorge Ross de La Carlota, Banda Norte y Deportivo Italiano.
Sirva esta reseña para rendirle un homenaje a la memoria de Litín Rodríguez y enviarle a su familia nuestras condolencias por su deceso.
Empezó jugando en la línea ofensiva, de 11, y en esa posición fue su debut oficial en Estudiantes, el 28 de mayo de 1967, en la victoria de visitante 3 a 2 a Independiente Dolores, en la que marcó un gol. Esa temporada obtuvo su primer título oficial y también se desempeñó como mediocampista y defensor central compartiendo la zaga con Isidoro Celucci.
Ya iniciada la década del 70 se acomodó definitivamente como zaguero central y en esa posición se convirtió en uno de los símbolos de la historia de Estudiantes. En equipos donde sobresalía el juego y el toque, Litín, sin ser un virtuoso, se adaptaba sin problemas a las necesidades del equipo y le aportaba su cuota de entrega y sacrificio, atributos que la hinchada celeste le reconocía con su aplauso.
Integró duplas defensivas con Celucci, Omar González, pero indudablemente la más recordada sea la que formó con Eduardo Servín Rodríguez, muralla impasable para los Estudiantes de 1974 a 1977. Antonio Rattín se lo llevó a jugar a Primera División en 1977, temporada en la que defendió en AFA los colores de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Retornó a Estudiantes en 1978 y luego prosiguió su carrera en Roncedo de Gigena, Jorge Ross de La Carlota, Banda Norte y Deportivo Italiano.
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