sábado, 28 de enero de 2012
ROMANCE DE ÁREA
por Agustín Lavandeira
No quisiera pecar de egoísta y dar a entender que veo las cosas con un ojo tapado. Está claro que todo es resultado de una gran estructura que ilusiona, pero, en este caso, es una de las piezas la que me despierta particular simpatía.
Ya habrá tiempo para poner en palabras nuestra admiración por la elegancia de Foglia, la entrega de Gómez, la madurez de Puñet, el liderazgo de Aimar, la chispa de Rodríguez… Pero, en esta ocasión, permítanme apostar una ficha por Alexis Abel Zalazar.
Quizás me sienta identificado, por un pasado no tan lejano. La vida del centrodelantero transcurre en medio de una vorágine particular, luchando contra el amor del hincha y la confianza propia. Al 9 se lo quiere por los goles que hace me dirán por ahí, y no sonará tan descabellado.
Ahora bien, me tomo el atrevimiento de aportar mi parecer. Creo que el hombre de área nos conquista mucho antes de darnos el beso de la red. Nos regala flores en cada corrida, nos invita al cine con cada lucha y nos toma de la mano cuando se lamenta cerca del arco rival. Y, desde mi modesto parecer, Alexis Abel ha tocado a mi puerta.
A lo lejos quedó aquél galán, que nos enamoró casi sin besarnos. Martín Ezequiel hizo todo lo que un caballero debe, para adueñarse de un corazón. El amor llegó, pero el beso apenas rozó nuestra mejilla. Fue amor del bueno, del que aprecia las salidas previas, las citas inocentes. Un claro ejemplo de lo que aquí veo, el comienzo de un romance que tiene poco de superficial.
Y podré equivocarme, ¿por qué no? ¿Acaso no se acumulan más derrotas que victorias en cuestiones sentimentales? Hace algunos meses, este señor quedaba en la sombra porque otro candidato nos encandilaba con regalos caros, de esos que ilusionan y hacen más dolorosa la ruptura. Pinchando la burbuja de algo que nunca había nacido.
Pero que mejor que enamorarnos, de aquel que llega por la revancha. De aquel que vuelve a mandarnos flores después de un tiempo ausente. De aquel que nos invita al cine y nos besa en una misma noche. Y así es el amor, se trata de apostar. Yo pongo mi ficha acá, y probablemente lo llore en mi cama si las cosas no salen bien. Nadie me quita el cariño, por ese que busca la revancha. Algo que hará Martín seguramente, y lo sigo esperando. Algo que Alexis se anima hacer y ya me está conquistando.