De Talleres de Jesús María pasó a San Lorenzo de Córdoba y de ahí a Huracán de Parque Patricios donde fue gran figura. A fines de los 60 fue transferido al Málaga de España club en el que hasta hoy es ídolo máximo y su afición llora su partida.
Retirado de la práctica activa se dedicó a la dirección técnica, profesión con la que llegó a Estudiantes en 1982 para dirigir al equipo que jugó el provincial y que consiguió la clasificación al primer Nacional. Su estadía en Río Cuarto duró un par de meses y su salida se produjo en medio de una conflictiva situación nunca del todo aclarada y que Viberti no merecía. Lo mismo siempre recordó de la mejor manera su paso por Estudiantes.
En la última semana las redes sociales se llenaron de mensajes de buenos deseos desde todo el mundo esperando una mejoría que no llegó.
