Estudiantes 3 Once Tigres 0
A esta altura del torneo el margen de error es mínimo y ganar se vuelve imprescindible. El partido presentaba dos realidades muy distintas: la de un equipo luchando por clasificar y otro ya eliminado. Once Tigres pese a estar jugando por cumplir no se la hizo fácil a Estudiantes. Se cerró muy atrás, presionó y rechazó como pudo todo lo que le tiraron. Cuando el cero parecía difícil de quebrar apareció Dopazo con dos golazos y abrió el partido.
Del dominio celeste no quedan dudas, sin embargo Once Tigres le llevó el partido a un terreno en el que se debió meter más que jugar. Cada pelota fue una dividida y ante eso Estudiantes debió buscar los argumentos necesarios para llevarse el partido. Ante un equipo que atacaba poco y sin peligro, de la multiplicación de Quiroga en el medio intentaba acorralar a la visita, pero sin desplegar un juego vistoso. Dopazo poco podía hacer arrancando desde el medio porque no encontraba socio en la creación y los delanteros eran bien absorbidos por la marca. Salvo una vez que Gigena recibió solo en el área a los 24’, el resto de las jugadas de peligro fueron todas derivaciones de tiros libres o de esquina. Las preguntas eran hasta cuando Once Tigres podía sostener esa defensa y de qué manera Estudiantes la iba a herir para ganar el encuentro. A los 33 minutos la cosa empezó a cambiar y aparecieron las respuestas a los enigmas, cuando Dopazo recibió en el borde del área (donde hace la diferencia), se fue acomodando del medio a la izquierda y sacó un medido disparo cruzado que se metió bien junto al palo izquierdo de Torres. Luego del gol Estudiantes tuvo un par de minutos en los que se llevó por delante al equipo bonaerense y casi marca el segundo en una jugada en que un tiro de Gigena da en el travesaño y un posterior remate de Dopazo es rechazado bajo el arco. En los minutos finales de la etapa Once Tigres se pudo acercar a la valla de Remedi, quien fue exigido a los 43’ con un remate que controló en dos tiempos junto a su poste izquierdo.
El complemento, pese a que el visitante intentó salir algo más, fue pobretón. Sí sobresalieron los dos golazos con que Estudiantes remató el partido. A los 10 minutos recibió Dopazo sobre la derecha, enganchó, se liberó un centímetro de su marca y de zurda la clavó al segundo palo. Una joya de definición. Abajo dos goles en el marcador Once Tigres pareció reaccionar, pero su cambio fue bastante tibio como para al menos llegar al descuento. Estudiantes cuando recuperaba la pelota abusaba del pelotazo, apurándose en ir hacia delante cuando la situación y la ventaja imponía una pausa y jugar tranquilo haciendo circular la pelota. Cuando escaló tocando compuso una gran jugada que culminó con el gol de Lucero a los 26 minutos. Ahí terminó el partido. Estudiantes ya había hecho lo que debía y enfrente, su rival, por más ganas que pusiera, no tenía manera de inquietarlo en algo.
Estudiantes ganó un partido que tenía que ganar. Obligado, sin tolerancia para fallar porque se lo exigía la coyuntura, tuvo en las definiciones de Dopazo la influencia para abrir un partido que se cerraba inexorablemente. La efectividad reclamada en otras jornadas hoy se hizo presente.
Síntesis del Partido
Estudiantes (3): Remedi, Gómez, Foglia, Jaime, Rivera (C), Garraza, Quiroga, Lucero (J. Flordelmundo), Dopazo (Pérez), Gigena (Colazo), Aranda. DT: Ricardo Dillon. Suplentes: Peralta, Giuffré, Barreto, C. Garro.
Once Tigres (0): Torres (C), Márquez, Cepeda, Rezzano, Pizarro, Vicente, Azaguate (Hazaña), San Miguel, Cerfoglia, Avilés, Bossio. DT: Daniel Márquez. Suplentes: Ormaechea, Irusta, Ojeda, Lora, Rodríguez, Espíndola.
Goles: Dopazo (2, pt 33’ y st 10’), Lucero (st 26’).
Arbitro: Juan Vergara (Villa Constitución). Estadio: Ciudad de Río Cuarto.
A esta altura del torneo el margen de error es mínimo y ganar se vuelve imprescindible. El partido presentaba dos realidades muy distintas: la de un equipo luchando por clasificar y otro ya eliminado. Once Tigres pese a estar jugando por cumplir no se la hizo fácil a Estudiantes. Se cerró muy atrás, presionó y rechazó como pudo todo lo que le tiraron. Cuando el cero parecía difícil de quebrar apareció Dopazo con dos golazos y abrió el partido.
Del dominio celeste no quedan dudas, sin embargo Once Tigres le llevó el partido a un terreno en el que se debió meter más que jugar. Cada pelota fue una dividida y ante eso Estudiantes debió buscar los argumentos necesarios para llevarse el partido. Ante un equipo que atacaba poco y sin peligro, de la multiplicación de Quiroga en el medio intentaba acorralar a la visita, pero sin desplegar un juego vistoso. Dopazo poco podía hacer arrancando desde el medio porque no encontraba socio en la creación y los delanteros eran bien absorbidos por la marca. Salvo una vez que Gigena recibió solo en el área a los 24’, el resto de las jugadas de peligro fueron todas derivaciones de tiros libres o de esquina. Las preguntas eran hasta cuando Once Tigres podía sostener esa defensa y de qué manera Estudiantes la iba a herir para ganar el encuentro. A los 33 minutos la cosa empezó a cambiar y aparecieron las respuestas a los enigmas, cuando Dopazo recibió en el borde del área (donde hace la diferencia), se fue acomodando del medio a la izquierda y sacó un medido disparo cruzado que se metió bien junto al palo izquierdo de Torres. Luego del gol Estudiantes tuvo un par de minutos en los que se llevó por delante al equipo bonaerense y casi marca el segundo en una jugada en que un tiro de Gigena da en el travesaño y un posterior remate de Dopazo es rechazado bajo el arco. En los minutos finales de la etapa Once Tigres se pudo acercar a la valla de Remedi, quien fue exigido a los 43’ con un remate que controló en dos tiempos junto a su poste izquierdo.
El complemento, pese a que el visitante intentó salir algo más, fue pobretón. Sí sobresalieron los dos golazos con que Estudiantes remató el partido. A los 10 minutos recibió Dopazo sobre la derecha, enganchó, se liberó un centímetro de su marca y de zurda la clavó al segundo palo. Una joya de definición. Abajo dos goles en el marcador Once Tigres pareció reaccionar, pero su cambio fue bastante tibio como para al menos llegar al descuento. Estudiantes cuando recuperaba la pelota abusaba del pelotazo, apurándose en ir hacia delante cuando la situación y la ventaja imponía una pausa y jugar tranquilo haciendo circular la pelota. Cuando escaló tocando compuso una gran jugada que culminó con el gol de Lucero a los 26 minutos. Ahí terminó el partido. Estudiantes ya había hecho lo que debía y enfrente, su rival, por más ganas que pusiera, no tenía manera de inquietarlo en algo.
Estudiantes ganó un partido que tenía que ganar. Obligado, sin tolerancia para fallar porque se lo exigía la coyuntura, tuvo en las definiciones de Dopazo la influencia para abrir un partido que se cerraba inexorablemente. La efectividad reclamada en otras jornadas hoy se hizo presente.
Síntesis del Partido
Estudiantes (3): Remedi, Gómez, Foglia, Jaime, Rivera (C), Garraza, Quiroga, Lucero (J. Flordelmundo), Dopazo (Pérez), Gigena (Colazo), Aranda. DT: Ricardo Dillon. Suplentes: Peralta, Giuffré, Barreto, C. Garro.
Once Tigres (0): Torres (C), Márquez, Cepeda, Rezzano, Pizarro, Vicente, Azaguate (Hazaña), San Miguel, Cerfoglia, Avilés, Bossio. DT: Daniel Márquez. Suplentes: Ormaechea, Irusta, Ojeda, Lora, Rodríguez, Espíndola.
Goles: Dopazo (2, pt 33’ y st 10’), Lucero (st 26’).
Arbitro: Juan Vergara (Villa Constitución). Estadio: Ciudad de Río Cuarto.