El mejor fue el que no fue
Pregunta obligada a los goleadores: ¿cuál
fue el mejor gol de tu carrera?.
Francisco Percello no escapó a la generalidad y a principios de 1972 (cuando se estaba yendo de Estudiantes) Jorge A. Cardenas, para El Pueblo, se la hizo. El goleador celeste no dudó en responder, pero fue sorpresa lo que dijo. Podría haber elegido alguno que definió un partido importante, el que le dio un campeonato, uno que dejó a la gente ronca de gritarlo, el número 100, pero no, el mejor fue uno que no festejó porque se lo anularon.
“Fue en 1966, íbamos 0 a 0 con Acción Juvenil: llevábamos jugados unos diez minutos. Una pelota que el arquero la quiso manotear y le pegó mal por resbalarse; se le escapa el balón y yo venía corriendo por la derecha y veo que estaba por salir la pelota, llego a ella antes que se vaya, tiro una chilena para el medio y se la clavé en un ángulo. Lo dio al gol. Marcó inclusive el centro de la cancha. Y cuando nosotros nos empezamos a abrazar celebrando el tanto, cobró señalando el lugar donde yo había ejecutado la chilena. Me dijo que cobró foul y yole dije ‘pero usted no sabe lo que hace’. Yo no me quedé conforme ni tranquilo e insistí. Pero no hubo caso. No lo pude convencer. Y así el mejor gol que hice en siete años en Estudiantes fue un gol anulado”
Francisco Percello no escapó a la generalidad y a principios de 1972 (cuando se estaba yendo de Estudiantes) Jorge A. Cardenas, para El Pueblo, se la hizo. El goleador celeste no dudó en responder, pero fue sorpresa lo que dijo. Podría haber elegido alguno que definió un partido importante, el que le dio un campeonato, uno que dejó a la gente ronca de gritarlo, el número 100, pero no, el mejor fue uno que no festejó porque se lo anularon.
“Fue en 1966, íbamos 0 a 0 con Acción Juvenil: llevábamos jugados unos diez minutos. Una pelota que el arquero la quiso manotear y le pegó mal por resbalarse; se le escapa el balón y yo venía corriendo por la derecha y veo que estaba por salir la pelota, llego a ella antes que se vaya, tiro una chilena para el medio y se la clavé en un ángulo. Lo dio al gol. Marcó inclusive el centro de la cancha. Y cuando nosotros nos empezamos a abrazar celebrando el tanto, cobró señalando el lugar donde yo había ejecutado la chilena. Me dijo que cobró foul y yole dije ‘pero usted no sabe lo que hace’. Yo no me quedé conforme ni tranquilo e insistí. Pero no hubo caso. No lo pude convencer. Y así el mejor gol que hice en siete años en Estudiantes fue un gol anulado”
El partido en cuestión se jugó el 3 de
julio de 1966 y terminó empatado en 3. Percello hizo dos y el restante el Bicho
Cabral.
Esa temporada (su primera en Estudiantes) hizo 42 goles oficiales y en el total de su campaña en el club llegó a 113 (todos en la Liga). Contando amistosos seguramente alcanzó los 250, marcados de todas las formas posibles, sin embargo ninguno pudo superar al que la estadística no le contó.
Esa temporada (su primera en Estudiantes) hizo 42 goles oficiales y en el total de su campaña en el club llegó a 113 (todos en la Liga). Contando amistosos seguramente alcanzó los 250, marcados de todas las formas posibles, sin embargo ninguno pudo superar al que la estadística no le contó.