martes, 13 de diciembre de 2011

LOS 100 DE PERCELLO

gol de cabeza de Percello a Belgrano por el IMBO 1971

Hace 41 años, el 13 de diciembre de 1970, Francisco Antonio Pablo Percello marcaba su gol oficial número 100 vistiendo la camiseta de Estudiantes. En un campeonato con bastantes altibajos para Estudiantes, el ariete celeste venía en racha y la semana anterior había marcado su gol número 98 en la derrota ante Banda Norte por lo que no era descabellado que alcanzara tan importante cifra en el cotejo siguiente ante Lautaro Roncedo.
El partido se jugó en el estadio Ciudad de Río Cuarto y correspondía a la penúltima fecha del campeonato Clausura de 1970. Pese a que los medios publicaban las tablas de goleadores y el manejo estadístico era muy bien realizado, no se hacía mención al récord que estaba a punto de alcanzar Percello. Tampoco se dijo nada después.
A los 18’ del primer tiempo Percello marca su tanto número 99 de manera oficial en Río Cuarto. A los 4’ del segundo tiempo foul a Humberto Mansilla en el área y de penal Francisco Percello conquista su gol número 100 en partidos de la Liga Regional con la camiseta de Estudiantes. En el minuto 23 se iría expulsado por un foul a Juan Irigoyen, quien había sido su compañero de ataque la temporada anterior y se encontraba a préstamo en el equipo de Gigena.

Francisco Percello llegó a Estudiantes en el verano de 1966, proveniente de Instituto de Córdoba y su pase fue un hecho revolucionario para nuestro fútbol, por la cifra del mismo (medio millón de pesos) y por su trayectoria que además de la gloria incluía un paso Independiente de Avellaneda (en 3ª división), Tigre (Primera B), Belgrano de Córdoba y su inicio en el club Las Flores.
La primer Liga Regional en 1965 tomó desprevenido a Estudiantes pero para la segunda temporada los dirigentes celestes se abocaron a armar un gran equipo teniendo a Francisco Percello como jugador estrella. Su andar en las canchas riocuartenses fue épico y su presencia generó innumerables anécdotas e historias. El gol no tenía secretos para él ya que de todas formas rendía tributo. Tremendos zapatazos desde cualquier distancia, certeros cabezazos, definiciones electrizantes dentro del área, medidos tiros libres, de chilena, de palomita, todos los recursos para convertir convergían en él.
En Estudiantes jugó hasta 1972 (en total marcó 113 goles oficiales) y luego regresó al celeste como director técnico.