sábado, 27 de junio de 2020

ALEJANDRO CABRERA: MEMORIAS DE UN COMIENZO




Justo un día como hoy, pero de 2016, Estudiantes comenzaba una nueva pretemporada. Aquella fría tarde del 27 de junio, Marcelo Vázquez recibía a los jugadores con los que iba a encarar su segundo torneo con la celeste y que culminaría en diciembre con su primer ascenso.
Las caras nuevas en ese plantel, los refuerzos, eran Alejandro Cabrera, Juan Miguel Reynoso, Bruno Sepúlveda y dos que luego no continuaron, Federico Comini y Federico Mino.
Hace un par de días en una charla por Instagram junto a Federico Saporiti, el Colo Cabrera rememoró lo que fue ese día de su llegada al club y la transformación de ser jugador de la Liga Regional a estar en la consideración de muchos en el fútbol nacional.
Un mes antes (el 16 de mayo de 2016) el Colo había visitado el Candini vistiendo la camiseta de Roncedo, que se impuso a  Estudiantes por 2 a 0 por la Liga, y junto a los autores de los goles (Pablo Rivarola y Miño) había sido la figura de la cancha.
“Estaba tan cómodo en Roncedo que no quería irme”, comenzó diciendo el Colo. “Cuando me llamaron de Estudiantes lo dudé mil veces. Me dije ‘voy a probar porque son 6 meses’, que era lo que duraba ese Federal B que arrancaba a mitad de año.  Pensé que si no me iba bien me volvía a Roncedo”, agregó.
La mudanza de club fue más que significativa y así lo sintió el Colo, que comentó: “Cuando llegué a Estudiantes empecé a vivir otras cosas, a tomarme el fútbol de una manera más profesional. Me cambió la cabeza y la vida de jugador que hago hoy no la cambio por nada. En Roncedo me trataron de maravillas, me hubiera quedado a vivir, pero apareció Estudiantes y se me abrieron las puertas del fútbol nacional”.
También hubo una transformación desde lo fisonómico y con el correr de las semanas el hincha de Estudiantes fue viendo a un Alejandro Cabrera distinto. “Siempre recordamos con Gonzalo Maffini esos primeros días. Entró al vestuario, saludo y el Profe Ricardo Palladino estaba pesando. Paso yo, me subo a la balanza y clavé 90,300 (risas). El Huevo me decía ‘no podés estar tan gordo’ y el Profe se agarraba la cabeza”, contó riéndose el Colo.
“El Profe es un fenómeno”, dice Cabrera para referirse a Ricardo Palladino quien colaboró a mejorar su forma y hábitos, “nunca deja de estudiar y siempre se perfecciona para brindarnos lo mejor. A mí me ayudó mucho tanto en el tema entrenamiento como en la alimentación. Él me daba laburo para hacer solo porque yo había llegado muy mal y necesitaba ponerme bien a la par de mis compañeros. El primer año había bajado 6 kilos. Cuando terminó ese Federal B ya pesaba 83/84 kilos y ya al otro año cuando hicimos pretemporada y empezamos a jugar Copa Argentina ya me fui a 80/81. Ahora peso 78/79”. Sobre si fue difícil hacerlo, agregó, “no me costó mucho. Hacía todo mal, dejé muchas cosas y con el entrenamiento estoy como ahora. Cambias masa muscular por grasa y es muy importante”.
Otro de los aspectos que consideró fundamentales para su éxito en el club fue la libertad que le dio el técnico Marcelo Vázquez y la continuidad del proyecto de la mano del presidente Alicio Dagatti: “Vázquez nos dejaba decidir mucho a nosotros. Es un director técnico que más allá de todo el laburo que hace deja decidir mucho al jugador y para mí eso está bien”. “Además creo que es mérito de la comisión directiva mantener un proyecto y bancarlo. Dagatti lo bancó y tuvo su premio”, sintetizó.
La historia después de aquel comienzo de hace 4 años es conocida por todos. El Colo por juego, presencia, entrega y ese carácter alegre, se ganó el afecto y la admiración de todos. Para el hincha celeste es uno de sus ídolos, aunque el es más modesto y no se considera así: “Ídolo no, me siento muy querido. Me tratan como si estuviera en mi casa, como mi familia. No tengo más que palabras de agradecimiento por el cariño que me tienen y trato de devolvérselos en la cancha, pero ídolo no me siento”.
Para cerrar esta charla amena, Fedrico Saporiti le preguntó por un sueño y el Colo Alejandro Cabrera le respondió: “podría decir que mi sueño es jugar en Primera, pero te digo que es seguir creciendo en la profesión y llegar lo más lejos posible”.