lunes, 16 de abril de 2012

Historias del Centenario: "Estudiantes - Atenas en 3 actos"

Estudiantes inició la temporada 1919 enfrentando a Atenas en la cancha de Nacional (equipo que en los años anteriores se denominaba Regimiento 14). En esos años todavía no era clásico ya que era el segundo torneo en el que se medían. En los albores de nuestro fútbol el clásico rival de Estudiantes era El Diario. Hizo las veces de árbitro el celebre Evaristo Segat y de linesman, representando a Estudiantes, mi bisabuelo Guillermo Segundo Medina Cabral. En esos años casi siempre los jueces de línea respondían a los clubes que se enfrentaban. Sirve también como dato anecdótico sobre las autoridades del partido que ambos eran activos miembros de sus respectivos partidos políticos: Segat del Socialista y Medina Cabral del Radical.
Este partido tuvo la particularidad de jugarse en tres etapas.
La primera se disputó el 6 de abril, y se jugó hasta los 4’ del segundo tiempo, cuando una fuerte lluvia obligó a la suspensión con el marcador 0 a 0.
La segunda tuvo lugar el 13 de abril, en la que se jugaron 16’ y Atenas consiguió un gol. Los motivos por los que se paró el partido no están especificados en la crónica y solamente se consigna los minutos jugados y el marcador. Se supone que se debió a una discusión surgida tras la conversión del gol de Atenas.
El 22 de junio, 3 meses y 16 días después de haberse iniciado se completó el partido jugándose los 25’ faltantes, en los que Estudiantes no pudo conseguir el empate a pesar de haberlo buscado denodadamente. De la crónica, extraemos que Estudiantes puso en juego la pelota por haber obtenido el “Toss” (palabra inglesa que significa jugar a cara o cruz). Todavía los términos anglosajones se utilizaban en nuestro fútbol de manera literal, sin cambiarlos ni castellanizarlos.
Después del inicio con derrota, Estudiantes se encaminó a la obtención de su segundo campeonato consiguiendo seis victorias y un empate.
Totalmente extraño puede parecer, en una época como la actual donde se amontonan los partidos en nombre de lo acotado del calendario, que un encuentro de fútbol se haya decidido en un lapso de dos meses y medio, detalles de un tiempo en las que las cosas se tomaban con mucha calma.