lunes, 30 de marzo de 2009

LA SEGURIDAD QUE NO ASEGURA

Momentos insólitos se vivieron ayer en la cancha de Juniors. El operativo de seguridad, que incluía a una veintena de efectivos de la policía de la Provincia de Córdoba falló. En el entretiempo, los policías que cuidaban a la hinchada local (ubicada sobre el lateral de la cancha) brillaron por su ausencia y permitieron que se arrojaran piedras hacia nuestro sector, hiriendo a un espectador celeste. Luego, supuestamente un grupo de la barra del equipo local emigró del estadio buscando posiciones para tender una emboscada a los simpatizantes celestes. En lugar de llamar más efectivos y abortar el intento de agresión los uniformados tomaron una decisión que implicaba a quienes habían ido en trafic: "tienen que bajar las banderas e irse 15 minutos antes del final porque no podemos evitar que apedreen el micro". La cosa no terminó ahí. Tras el gol, quedábamos en la tribuna casi una centena de hinchas, los polis nos invitaron a retirarnos argumentando que "no les podemos garantizar seguridad". Cuando les preguntábamos para qué estaban si no podían dar seguridad, no respondían y se sonreían, sin importarles que entre los hinchas hubieran niños, mujeres y gente mayor. Un hecho más que ensucia a este torneo y al fútbol y que ratifica que como en el estadio de Estudiantes son pocos los lugares en los que se trata bien al hincha visitante.