domingo, 7 de octubre de 2007

CON EL CORAZÓN EN LA MANO

Festejo del primer gol de Torres
saludo final

Estudiantes 2 Trinidad 1
Había que ganarlo sí o sí. El resultado positivo era lo único que iba a ayudar a este Estudiantes a levantar cabeza. Y así salió el equipo a la cancha, a regarla de sudor y entrega. Hubo ratos de buen fútbol y los circuitos comenzaron a funcionar, pero lo primordial estuvo en la actitud. Trinidad siempre “le calzó bien” a Estudiantes (contra el león sanjuanino hizo siempre excelentes partidos) y esta no fue la excepción.
El ingreso de Franco Chiaretta es uno de los factores principales de la levantada celeste. El zurdo hizo un gran partido, tuvo mucha movilidad, la jugó siempre bien y eso ayudó para que Leo Torres tuviera un socio en la creación y su participación sea más activa ya que siempre tenía con quien descargar la bola. La gran labor del Funes en la contención permitía las constantes subidas de Bogni y Mansilla. De esta manera Estudiantes manejó el trámite pero a la hora de la definición la única forma que encontraba para entrarle a la última línea de Trinidad eran los centros que casi siempre eran rechazados por los defensores o el arquero. Pese a no marcar el partido estaba controlado (además desde los 30’ jugaba con uno más por la expulsión de Pastoriza) por eso el gol de Trinidad a los 43’ hizo revivir a los fantasmas: López no puede despejar y le queda a Martini que define con categoría al palo izquierdo de Herrera. Nadie entendía por qué se estaba perdiendo un partido ganable y cómo después de tanto ir y no poder lastimar, Trinidad en la primera que tiene la mete. Más fue la desesperanza cuando un minuto después un disparo de Chiaretta con destino de gol se estrella en el travesaño. Pero a la eventualidad había que pagarle con la misma moneda para revertirla: minuto 47, tiro libre a la altura del banco de suplentes local y el disparo de Torres que de centro se convierte en golazo para desahogar el grito guardado durante cuatro partidos y medio.
Estudiantes volvía a ponerse a tiro y lo reafirmaba a los 3’ del complemento cuando Bogni tira de afuera del área, el arquero Gómez da rebote y le queda a Torres que la empuja y marca el segundo. Salvo un par de ocasiones que tuvo Trinidad al final, todo el segundo tiempo fue celeste. La defensa mostraba el emblema de Carrizo, en el medio Funes multiplicaba marca y sacrificio, Torres y Chiaretta se encargaban de la usina creativa y Mauro Búffali (hasta que se fue expulsado al minuto 32) desequilibraba constantemente. Increíblemente Estudiantes no pudo expresar en el score ese dominio ya que generó más de 10 chances netas de gol (una de ellas luego de que Herrera despejara de manera espectacular con una palomita afuera del área un ataque sanjuanino), varias mano a mano, pero decisiones apresuradas y algunas intervenciones del arquero visitante conspiraron para que el celeste no aumentara el marcador. Los cambios que metió Irigoyen durante el partido no cambiaron la fisonomía del equipo ya que Silva, Carboni y Rodríguez entraron en la misma sintonía. Estudiantes veía como le iban saliendo bien las cosas, se animaba a más y la timidéz de los otros partidos cuando la buena no se daba se iba diluyendo.Ganó Estudiantes que salió a torcer su destino y lo logró. Todavía falta corregir algunas cosas pero los aspectos positivos que mostró el equipo hoy hacen una base importante desde donde corregirlos. Pasajes de buen fútbol, presencia ofensiva y sobre todo la actitud que todos reclamabamos. Estudiantes no dejó pasar el partido, lo fue a buscar con determinación y obtuvo su recompensa. Fue con el corazón en la mano, no se guardó nada.


Estudiantes formó con: Herrera (C), Lisa, López, Carrizo, Mansilla, Bogni (Silva), Funes, Chiaretta (Rodríguez), Torres, Búffali (expulsado st 32'), Mugnaini (Carboni). DT: Irigoyen. Sup: Mancinelli, Di Santo.
Goles: pt 43' Martini, pt 47' y st 3' Torres.
Arbitro: Gaspar Calvo (Casilda).