domingo, 13 de mayo de 2012

SIN MILAGRO


El Linqueño 2  Estudiantes 0
Se esperaba un guiño de lo divino. Era mucho, lo sé, y nada sencillo. Estuvimos esperando el “milagro” porque los números nos daban una chance, sin embargo ya habíamos echado nuestra suerte un tiempo antes. Estudiantes jamás debió haber llegado a este último partido en el que su propia obligación (ganar) no lo era todo.
¿El arranque fue un espejismo? Pareciera que si, y aquel triunfo ante Juventud ya quedó muy lejos. Después de ese inicio esperanzador ya nada fue igual, y salvo algunos momentos, debió correrla desde atrás o ver cómo se le llevaban lo que tanto costaba conseguir.
¿Fueron más los rivales mostrando un nivel superior? Creo que no y a las pruebas me remito. Cuando Estudiantes le hizo correr la pelota a El Linqueño lo metió contra su arco y lo dejó sin piernas ni reacción, pero lamentablemente ya nos habíamos “regalado” y había que levantar un 1-4. Contra Sportivo también, nos adelantamos en el marcador y en lugar de mantenerlo dimos ventajas para que el visitante se llevase la victoria. ¿Es superior un equipo cuando un jugador maneja solo la pelota en el área y asiste a un compañero que también está solo mientras los rivales se quedan mirando y pidiendo offside como en el primer gol de Sportivo? No, es viveza de uno para no dejar salir la pelota y distracciones extremas de un equipo que aspiraba a más. Esos errores (que Domizi definió como “sucesión de errores” y determinantes en el fútbol) marcaron la suerte celeste en la segunda fase.
Una de las virtudes del equipo en la primera rueda fue el control de pelota mientras que en esta instancia el equipo careció de volumen de juego. Lo dificultoso para llegar al gol fue una constante y a diferencia de la primera etapa no lo pudo suplir con las jugadas de pelota detenida. También perdió la solidez defensiva y de ser uno de los equipos con menos goles en contra se convirtió en un equipo vulnerable.
Estudiantes fue preso de sus propios fantasmas que condicionaron su eliminación. Vuelvo a repetir que no creo que Juventud, Sportivo y El Linqueño sean más que Estudiantes. Si que Estudiantes los enfrentó en inferioridad de condiciones en cuanto al convencimiento interno de la victoria. Esto no significa que no hayan querido salir a ganar sino que quedaba la sensación de un relajamiento a la hora de enfrentar ciertos pasajes de los partidos. A Estudiantes no lo dejaron afuera sus rivales de zona, fue victima y verdugo de sus propias decisiones. Dio muchas ventajas, se descuidó demasiado, dejó jugar y los rivales lo aprovecharon. Y cada vez que debió ir a buscar le significó mucho revertir la situación.
El dolor es ese y se mezcla con la bronca de creer que se podía un poquito más.

Síntesis del Partido
El Linqueño (2): Portigliatti, Navarro, Del Bono, Avalos, Marín, Cruz, Verón (Velázquez), Valli (D’Antoni), Millares (C) (Germi), Barbosa, Tallarico. DT: Sergio Busciglio. Suplentes: De León, Macías, Salazar, Ubilla.
Estudiantes (0): Mancinelli, Gómez, Linardi (expulsado st 29’), Foglia, Puñet (Zapico), Luna, Pérez, Chiaretta (Di Santo), López, Aimar (C), Zalazar. DT: Cristian Domizi. Suplentes: Peralta, Morsino, Gomila, Mugnaini, Palacios.
Goles: Millares (pt 38’), Barbosa (st 10’).
Arbitro: Daniel González (Villa Constitución). Estadio: Leonardo Costa (Lincoln)