martes, 28 de agosto de 2012

Historias del Centenario: "Rattín y las luces"


Esta historia me la contó el gran Miguel Paniego, testigo presencial del hecho, ya que al estar a cargo de la subcomisión de fútbol en ese momento pasaba mucho tiempo junto a otro grande, Antonio Rattín.
Cuando el Rata llegó a Río Cuarto tuvo como principal objetivo inmiscuirse en todos los detalles del fútbol de Estudiantes. Su experiencia en todos los niveles le daba la tranquilidad a los dirigentes de Estudiantes de que podían dejar todo en sus manos y seguramente lo mejoraría. Pensó en la ropa (hasta la combinación de colores entre camiseta y pantalón), el piso de la cancha, la alimentación, los horarios de entrenamiento y muchas cosas más. Nada dejó librado al azar.
Una mañana, en el estadio, elevó la vista hacia el cielo. Pensó unos instantes y le dijo a Don Miguel: “las luces están mal ubicadas”. Paniego trató de disculparse alegando que se complicaba conseguir alguien que supiera orientarlas, pero el Rata no se perturbó. Dejó el saco a un costado y en mocasines y corbata, como únicos elementos de seguridad, se subió a las torres y acomodó los reflectores. “Este está loco, pensé, con el viento parecía que las torres se movían de lado a lado y Rattín sin problemas las trepaba”, recordaba Don Miguel, 26 años después y cómo si lo estuviera viendo.
“La contratación de Rattín nos ha hecho muy felices a todos los dirigentes de Estudiantes y tiene el respaldo general para conformar un fútbol de avanzada que permita aspirara una mejor figuración del fútbol de Río Cuarto en el plano nacional”, declaraba Antonio Candini. Mientras tanto, Antonio Ubaldo Rattín devolvía con hechos concretos la confianza de una ciudad.