martes, 24 de agosto de 2010

PARANÁ-DA IMPOSIBLE

Por Agustín Lavandeira

La primera vez no sabia que pensar. Pisé la terminal de colectivos esperando un mundo de gente, de ruido… Como toda ciudad capital, creo. Pero no fue así, había gente pero no mucha, ruido pero no tanto, tráfico pero lo suficiente como para no sentirme ahogado, lejos de casa. Solo en una cosa se distinguía a Río Cuarto, subidas y bajadas, así eran sus calles. Lo demás idéntico, al menos así lo percibí desde un principio.
La sensación no fue diferente al pasar por la Presbítero Grella. Paredes manchadas con aerosol, padres e hijos con la misma camiseta, los colores presentes en cada rincón. Todo en rojo y negro, como debía ser. Recorrer los alrededores de esa cancha no era común, no para mí. Es que en ese barrio, en mayo de este año, se había vivido algo único. Algo que hace tiempo tengo la esperanza de vivir y me di cuenta que no es imposible. El 19/05, fecha histórica para la gente de Paraná y el entrerriano en general, el Club Atlético Patronato de la Juventud Católica conseguía el esperado ascenso al Nacional B. Meses después yo caminé esas calles y me sentí parte de esa alegría. Por un momento imagine al León de la Avenida en la misma situación y la verdad que se me erizó la piel. Me detuve a pensar en lo lindo que seria pasar por eso esta temporada. Me sentí ido por un momento, pero traté de poner los pies sobre la tierra, ¿realmente es posible? No es mi intención profundizar en números y estadísticas, mucho menos hacer de esta nota un informe. Es por eso que solo voy a decir que “alguien” me contó un poco como son las cosas. No es loco pensar que el Patrón de Paraná es a su gente lo que el Celeste es para nosotros, me refiero a instituciones grandes del interior con la “obligación” de figurar y defender un nombre, una historia. Eso si, Patronato tiene un peso para Entre Ríos más importante que Estudiantes para Córdoba, pero cuando se trata de amor a los colores, no hay medida. Tenemos el orgullo de ser hinchas de uno de los clubes mejor organizados del interior, con una infraestructura envidiable para cualquiera. Los entrerrianos, tal vez, corren con la ventaja del gran aporte del estado provincial. El pensamiento de los hinchas puede compararse, últimamente nos hemos bien acostumbrado al apoyo incondicional, a respetar los tiempos de los que vienen, refuerzos que llegan de afuera y desean lo mismo que los juveniles del club. Algo que nos costaba años atrás y no debe perderse. Esto en Paraná hace tiempo es una costumbre. Patronato contó con el trabajo de un cuerpo técnico serio y responsable, un plantel a su disposición, a la altura de las circunstancias y el ya nombrado apoyo incondicional de su gente. No quedan dudas de que Estudiantes cuenta con eso y no tiene que sentir celos. Todo se trata de trabajo, de un proyecto a largo plazo con sus respectivos tiempos, acompañar al plantel, apoyar en las malas y reconocer en las buenas. Si el club fundado por Bartolomé Grella en 1914 pudo, ¿Por qué nosotros no? Las diferencias son mínimas y las comparaciones odiosas. Para soñar y cumplir objetivos hay que tener paciencia, Patronato la tuvo y confío en que Estudiantes la tendrá. Se comenzó con el pie derecho y eso ilusiona. Pero no hay que olvidarse, en el único lugar donde Éxito esta antes que Trabajo es en el diccionario